martes, 10 de julio de 2012

Cuento libre: Pepito y su gran sueño

Este cuento podíamos crearlo libremente sin necesidad de seguir unas pautas. Así que, aquí os lo dejo para que lo leáis.

Pepito era un niño tranquilo y humilde que vivía con sus padres en una carroza de feria haciendo actuaciones con marionetas.
A Pepito ese trabajo no le gustaba mucho porque sus papás eran muy malos. Él era un niño muy trabajador, pero sus padres nunca le daban monedas para poder comprar chucherías como hacían los otros niños.
Nunca se quedaban en un mismo lugar, sino que iban de ciudad en ciudad para enseñar sus marionetas. Y claro, así Pepito nunca podía tener amigos.
Pasaron algunos años y Pepito se hizo mayor, pero aun así seguía ayudando a sus ancianos padres. Un buen día, mientras montaba el espectáculo, un niño se acercó y le preguntó:
-Hola, ¿qué estas haciendo?
Pepito, sorprendido, le contestó:
-Hola chico, estoy montando un espectáculo de marionetas.
El niño, muy curioso quiso saber que eran las marionetas, así que se quedó allí con Pepito para ayudarle a cambio de que le dejase ver la actuación.
A Martín, pues así se llamaba el niño, le gustó tanto que le pidió a Pepito que le dejará acompañarle, y éste aceptó, pues nunca antes había tenido un amigo. Pero los padres de Pepito se negaron y el pobre Martín se marcho muy triste.
Recogieron todo y empezaron a caminar hacia otra ciudad. Como era de noche, Pepito se quedó solo mientras sus padres se iban a dormir y, de repente, en mitad del camino, se encontró con Martín. Paró corriendo la carroza y lo llamó:
-Pepito: Martín, Martín, ¿a dónde vas?
-Martín: Hola Pepito, voy a buscar un sitio para dormir porque no tengo casa. Un día, fui con mis padres al bosque y me perdí, y desde entonces no he vuelto a verles, así que por las noches sigo el canto de los grillos para encontrar un sitio en el que dormir.
Los padres de Pepito se despertaron con el ruido y salieron a decirle que siguiera el camino o se les haría muy tarde. Así que se despidió de Martín y siguió su camino. Cuando paró para dormir, tuvo un gran sueño.
Un hada madrina que sabía lo triste que estaba le concedió un deseo, y lo que pidió fue convertirse en un grillo para poder ir con Martín y ayudarle a encontrar a su familia.
Al día siguiente cuando despertó, se sorprendió al darse cuenta de que no había sido un sueño, era un grillo de verdad. Y desde aquel día fue libre y nunca jamás se separó de su amigo Martín.
Fin

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