miércoles, 18 de enero de 2012

¡Una de libros!


Hoy voy a escribir sobre uno de los libros que hemos tenido que leer en clase de tres a elegir, el que yo escogí se titula “Mi escuela sabe a naranja: estar y ser en la escuela infantil “cuya autora es M.ª Carmen Díez Navarro.

En el libro, la autora nos cuenta sus vivencias como maestra de un grupo de niños y niñas de educación infantil. Hace un relato de todas las actividades que realiza con sus alumnos en clase ofreciéndonos información sobre cómo ella considera que debe ser la educación en una escuela, y además ofrece ejemplos muy claros sobre las conversaciones que tiene con los niños, que son de gran ayuda para entender cómo piensan. Tengo que decir que ofrece una forma de enseñanza muy  peculiar, en la que predomina la escucha, el aprendizaje, la relación de los niños con el entorno y entre ellos mismos, y la experimentación y el descubrimiento de elementos que van a ir encontrando en su vida cotidiana.

Algo interesante, y que me ha llamado mucho la atención, es la manera en que se tratan los temas, es decir, la forma de aprendizaje que se lleva a cabo. Es un aprendizaje por descubrimiento a través del cual los niños van aprendiendo lo que necesitan saber o lo que desean saber en cada momento, pues son ellos mismos los que a través de una charla en conjunto con la profesora y mediante una votación, van eligiendo el tema que van a tratar cada semana. Es increíble, como de una forma tan sencilla, entretenida, divertida e interesante van aprendiendo poco a poco sin que se den cuenta.

Trabajan siempre en equipo, haciendo una lluvia de ideas antes de comenzar a acercarse al tema sobre lo que tienen que buscar o lo que les interesa saber, y la misma profesora lo va apuntando todo. Consultan los libros de la biblioteca, el ordenador, el globo terráqueo, etc., y luego lo ponen todo en común. Lo que más resalta de todo esto, es que la profesora durante la investigación que los niños hacen tiene simplemente una función supervisora y orientadora, pues son ellos los que deben decidir qué necesitan o a qué elemento tienen que recurrir para obtener la información. Así también les deja que usen su imaginación, aporten otras ideas y que interactúen con los objetos.

Es sorprendente la absoluta participación que tienen por parte de los padres y madres. Cuentan con su colaboración siempre que la necesiten, e incluso sin que se les pida ayuda constantemente participan en la educación de sus hijos. Creo que esto es algo importantísimo para una escuela, pues ¿cómo podemos educar a los niños completamente si sus padres no participan en su educación con nosotros?

En conclusión, creo que es un gran libro (aunque yo le quitaría algunas cosillas) ya que nos aporta una gran variedad de actividades para temas sencillos que se trabajan en educación infantil. No dudo en que un futuro lo use como herramienta de apoyo, así que os recomiendo que lo leáis.

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